sábado, 24 de noviembre de 2007

Norte-sur en la imantación con cuchillo





Norte-sur en la imantación con cuchillo


Hasta dónde
durará esta frente tibia,
este muro intacto
que pronuncia en sus ecos tu nombre.


Nuestras soledades se abrazan
y duelo,
aúllo caricias, emprendo búsquedas,
buscando tan sólo tus ojos
que escapan volando esta cuidad.


No hay duda de que duermo en tu bolsillo,
que despierto por las noches
y me arrastro a tus caderas
como otro accesorio
de esos de sacarte sonrisas incompletas,
de esos de ser un poco aire
que arranca apenas parte de tu calendario.


Te mostraré que quiero sangrar,
quiero creer que mi sangre
te abre de una buena vez,
que aunque duela
desprendes esa piel
de norte a sur en la imantación con cuchillo.






.

viernes, 19 de octubre de 2007

Sumergiendo el encanto





Sumergiendo el encanto


Bendito el día en que te encuentro en la ebriedad,
en el lienzo blanco
del tiempo
donde incrustaré mis plegarias,
un río
de esos ríos que ni siquiera comienzan
porque en su esencia son ríos de sombra.


Tejamos el papel /
dos máscaras que insinúan la sangre
de la que bebemos viento, sólo aire,
nada más que aire,
esperando que se condense junto a un beso.


Nademos el caminar
de estos pasos que nos juntan, la imantación
aterrada ante el tic-tac
que viene llorando con un niño entre los brazos.


Respiremos pensamiento /
el ímpetu terco
que chispea entre arrecifes /
la memoria hecha ego /
insolubles querencias reprimidas
que desbocan en tus ojos
buscando desencanto:
adicción al polvo
que deslumbra en tus costillas.

domingo, 14 de octubre de 2007

Libremente




Se repite.
Se repite a sí mismo.
Se idolatra
oculto
en los ciclos abiertos.
Miserable.
Apuntando ciego
a algo allá,
a algo.
Algo le habla.
Voz
desde el silencio.
Locura / cordura.
Se repite.
Se repite a sí mismo:
no calla
el aire,
no calla.
La sangre clama
un mundo de colores.
Miserable,
se repite a sí mismo.

Compás Pausado





Compás pausado

:nosotros/
   dos alas
       rotas,
 dos lunas
  de aliento.

  Cegados
      de luz,
     viendo
   nuestros
       ecos
  ser cuatro.

     Un hilo
    de esos
     de caer.

    Vientre/
    un útero
    del cielo
     muerto
      sangra:
                                 nosotros.

    Invierno
        turbio
    con ojos
   de mimbre.

    Dos seres/
  dos átomos
     imantados
       de delirio.
                                              
                                     :nosotros.




Jamais Vu




Jamais Vu*

Se repite la escena.
El papel ponía que todo era otra cosa.
Un personaje inevitable, una causalidad para la risa.
Un cuarto de espejos donde las personas nos multiplicamos.
Una cama intacta en medio.

Todo se vuelve tan existencial, tan repentino
como el tiempo que se desvanece
en estas horas frágiles, en
el inmenso espacio entre nosotros
en este juego de acompañarnos
y sentirnos bien.

Me entregras entera la ciudad: cemento y luces,
gatos sobre tejados, nieves polvorientas,
cortometrajes esperando en cada esquina.

Me pierdo en el papel.
Nunca somos nosotros en estas manos,
somos sólo otra historia que se repite
que se dibuja perfecta, que se pierde apresurada,

sin escenarios, sin morisquetas,

sin importarle nunca nada.




*Jamais vu: En psicología, término usado para describir una situacion familiar que no es reconocida por el observador.

Ojos como enredadera

Ojos como enredadera

Recordarte
es recordar el charco aquella noche,
y era yo quizá el charco
y caía desde yo mismo.
Se podría decir que llovía a cántaros
desde las manos, desde mis yemas,
y el cemento era quizá una sábana
donde seguía pisadas, sangre seca, luces.

Recuerdo algunas luces: dormir sobre tu pecho,

el deshielo de tus labios, tu olor a noche,
correr en el caudal, hacer camino,
ser nube, llover a ti.

Ahora vienes breve con tus dedos torcidos,
acaricias un poco, sueltas encrespado tu aroma en el aire
que hace juego con -por ejemplo- tu vientre,
con esa boca que, sin querer, me dice locuras:
un paseo por donde sea, una conversación cualquiera.

Es que veo tus ojos como enredadera
y me ahogo en el rugido, en la sombra larga,
en el cosquilleo, el parpadeo,
el roce
que llama y no respondes...

sin darnos cuenta se viene la noche
con su aire torcido,
su tiempo callado,
su sangre seca
a


silenciarnos.

En lo inmenso


.
… encontrar también restos de mí en tus ojos,
ser un poco como uno, tú y yo, eco de nadie.
Abrazarte suave como si fuésemos todo, o como
si sólo fuésemos ahora, breves, respirables.
Esperar, construir el momento,
incendiarlo todo y ser de papel,
continuar ceniza, continuar
presentes en el acorde mayor, y ser tú y ser yo
en la vibración de miradas, en el cruce
de ningún círculo, de ninguna parte, de
nuestros cuerpos que son como dos.
También encuentres
restos tuyos en mis ojos y sea verdad
también que todo cambia, que todo
se permanece siempre, lo uno,
lo otro: también perder …

Bajo la Luna



Bajo la Luna

Gastemos las ansias esta noche,
bailemos descalzos, apolillémonos
en la hoguera de las miradas, ardamos
en la obsesión perfecta
del cuerpo, como si fuésemos casi dos,
como ceniza y más ceniza
del final del final, la muerte
nos toque la guitarra, bailémosle
a la muerte: eso que calla
orbital en la danza eterna del origen,
aire del aire remando en la luz
del tiempo, del destiempo
que me hace en este costado más frío.
Me resumo a mi átomo, me inmolo,
te violo en tinieblas y sales definitiva
de otro génesis, de otra costilla, de otro
costado distinto, me hablas, me vibras
triste un poema de tierra,
un pulso
frenético en el silencio, distante
en la inmensidad de todo esto: y soy yo, y
eres tú y
bailamos obsesos bajo la luna.

Empieza algún abril



Empieza algún abril

¡Ay! que derroche la luz, !ay!
qué estridencia sonora, qué
sonido, dónde, cuál, quién...

Sencillamente cualquiera, sencillamente
la que camina ahí, la que
corta esas flores, la que profunda
en su profundidad única entrega abriles a destajo,
enraíza las ansias
que de ella misma alberga,
las clava profundas, me riega despacio y abril
soy yo mismo desde los ojos,
que miran profundo y se pierden
de abriles pasados, de otoños
igualmente amarillos.

Todo ésto será porque tú:
tú: el aire, tú
noche, tú: vacío, tú: yo, tú:
tiempo, única lucecita: tú.

Sencillamente porque nadie...
de prisiones
y asombro hablo: tú
recostada sobre el toldo del mundo.


Amor Breve

Me siento oscuro al contemplarte,
soy mi sombra infinita
bailando furioso en la hoguera que son tus labios
que son tus ojos, ventisca
de fuego o hierba, de los pies
a lo infinito del infinito, génesis
del parto aullante.
Sólo en tu piel podré encontrarme un poco, soñar contigo,
poder quizá decir mañana y la maravilla exista,
y tú renazcas
como otra maravilla desde tú misma,
deslumbrante,
y quizá
yo sea yo mismo, y arda en ti,
y esta llama sea otra hoguera.

Mirarte en cascada



Mirarte en cascada

Arriba
la ilusión, arriba
el encanto,
más arriba

las nubes, gotitas
precipicias

por apuro
de mojarte, de

sacar de ti

ese olor
a tierra húmeda,

muy arriba
en tu frente hay una estrella
y eres casi tú
la que sube

poco a poco,

y caes
y río
abajo vas bajando
por tu pelo, tu

cintura,
tus caderas,
abajo
como encanto, como
fuera de ti,

que estás
en otra parte
más cercana,

más al centro,

y te hurto
para siempre
tu hermosa
figura

Pronóstico del Tiempo

Vacíame la noche en la cabeza
para por fin despertar de manos, tantearte
a diestra y siniestra
como quien esculpe algo incierto.
Una vez acabada la faena súbete a mi espalda
por favor, sólo unos meses,
te llevaré a la plaza de las palomas y ahí abriré los ojos,

te diré algunas palabras y lo incierto
quedará en las nubes.
Leeré en las migajas:
inevitablemente lloverá mañana.

Pulso es aire (¿o al revés?)


Grande la inhalación preciosa para dejar por sentado que todo plazo se nos cumple por más impulso que se tome que el salto de un lado al otro de pensamiento a sexo a palabra ida y vuelta nos devuelve no un mar sino un vaso de aguas lluvias de cielo despejado agua nebulosa estelar red de jalar pescado de un vaso de agua sin vaso para contener ansia ni respiro ni el otro respiro...

Nos agotamos
poco a poco.

Luego vienes desnuda:
¡AIRE!

Y caemos en la cama,
y eso sí es asfixia:

ojolabiocuellosenombligoclítorismuslorgasmo

y eso es otro génesis.

Entre tinieblas



Entre tinieblas

Para hablar contigo tuerzo el aire
hasta mi nuca, recuerdo
el verano ése y el lago umbrío, la cascada
en donde todo fue arrojamiento y piedra,
el mundo que eran tus labios, tus
manos pequeñas.
Para hablar contigo tuerzo el aire, podo
cincel abajo mis raíces,
digo diecinueve por tus ojos,
por tu sonrisa diecinueve, diecinueve
anillos ocultando, trabando entrañas
ligeras de trabar, silabeo
por ejemplo aire y digo rocío siseando
y quedo atrapado ahí, brotando flores. Diecinueve.
Todo torbellino alza el polvo.
Dialogando en este juego de querernos
tuerzo el aire, lo retuerzo
para imantar tu voz de la ultratumba, para olvidar
que estás aquí durmiendo, placenteramente durmiendo,
y devorarte como sólo devora la noche
Dime: -aire,
¿por qué me amas? Noche,
¿estás ahí?.
Las tinieblas serán mi mensajero.

Obseso Repetitivo

Me gasto en la urdimbre sinuosa
de tu cintura.
En lo solitario de esa cintura que no está me gasto.
Viene el telar de hilar estrellas remotas,
de hilar reflejos lunares, de urdir
tu tersa piel de nuevo, de someter-
me a cavar y cavar el foso con las uñas y
arrojarme, patéticamente arrojarme
a ver las estrellas;
y me gasto.
¿Serán las edades venideras seguir
bebiendo de tu calostro y navegar
por esta vía láctea
abrazado a tu cintura?
Froto piedra contra piedra y me gasto.
Cae la tormenta y me gasto.
En cada esquina no estás y me gasto.
Tomo el pisco de rigor y me gasto.
Espero a Nadie que no viene y me gasto.
En lo solitario
de esa cintura que no está me gasto.

Ensueño, rafting y figura.

Es en las noches desoladas y lluviosas
noches australes, donde emerge
de lo oscuro la silueta tuya, tu silueta felina
de primer agosto, negro
el pelaje lunar, iracundo el zarpazo
a mis espaldas como brisa, como el aire
que me roza ahora con tu furia, te yergues
rabiosa, renace
la puma hambreada.
Te dibujo parpadeante en el aire, remando
Río Backer abajo entre sueños, viviendo
el peligro ese que es tu figura inexistente en los años
que te alejan, los años
que te asesinan, que te metamorfosean
en una animala distinguida, respingado tu orgullo
en lo alto
de no sé dónde allá, irreconocible.
Así voy canoa abajo entre rápidos estáticos,
espuma y estrellas,
por doquier espuma y estrellas,
maravilla del génesis presente, tú,
la oscuridad alrededor,
tú la oscuridad.
Olor a musgo asoma, a ciprés, a humus olor,
gusto a parto eterno en el aire,
umbilical aire, rugiente el bosque amniótico, convulso
el útero del cielo desangrante. Ya viene,
ya viene tu figura.

Esperanza



Esperanza

Cuesta abajo ruedan los gladiolos al atardecer,
emigran las caricias cuesta abajo
hasta los confines olvidados donde asoma
la esperanza
en los ojos umbríos, negros ojos, ruedan
los deseos de vivir este día, el ímpetu
joven que debería ser, ruedan y ruedan
recuerdos dormidos, tiempo rueda abajo
al crepúsculo.
Todo esta en la rueda del juego, este juego
que es estar y no estar, es el juego
de tu cuello blanco, oh blanco cuello
que me seduce por loor a la figura absoluta
de lo aéreo de la ausencia, si ése es el juego:
el aire,
un metro cuadrado de aire;
y algún ocaso
para recordarlo.

Mortal Amor

Mortal Amor, eso eres, lo uno
y lo otro desde mucho antes
de estar yo aquí, de
una vez engendrado devorarlo todo
para morar en lo ínfimo/inmenso del ser que es uno,
desde mucho antes que tú que viniste antes
aquí al mundo a parirlo todo.
Mortal, letal, fatal, todo eso al espejo dibuja esta cara
deseosa de la libertad de tu sonrisa
para vivirlo todo, para obsequiarse
grata y reluciente por doquier: -nazca
primavera, y nace.

Sexo o Diazepán

Uno va y vuelve, ahí a la punta del cerro como si nada,
lo mandan y uno va, cabizbajo
pero va.
Qué se le dice a la Diosa, qué le reniega uno
que es un mortal atrapado, un salmón
volviendo al origen mismo del deseo, ansioso
de mirarla, de tocarla, degustarla
hasta lo más austral de su ser, qué
le dice uno a ella, a su esbeltez, a su paupérrima palabra,
a su terco afán de dominatriz latigueante, qué.
El poseso es uno, ambicioso
del brevísimo segundo ese de sus ojos noctópatas,
para ser y más ser, para revenir
puberazo en el portento rugiente del orgasmo, acicalarse
del abismo unos segundos.

Umbilical



Umbilical

Fuera de ti eres más tuya que mía,
te vuelves difusa, espectral,
caricia de humo, caricia invisible,
todo lo sometes al terror
de la inmensidad,
para ver lo otro con los ojos del moribundo,
sin mortaja de cuerpo, sin
soñar ni creer en nada, visiones
carmesí.
Ah nada quedará, nada,
todo es el breve segundo del desarraigo
para devenir humano antes que humano
al miedo absoluto, uno quiere
volver al cordón.

Beso

Salmuera tiempo-espacio son tus besos,
labios de aurora antártica, beldad
universalmente mía, aire son
aquellos besos.
Yo fui el socavón devoralotodo, arrásalo-
todo, yo fui
el de mirada cavernosa, yo.
No hay
telepatía entre los dos, no hay tierra
que me pulse tu existencia aquí, nada
es lo que hay y ahí termina todo.
Murió mariposita juguetona, murió
crepúsculo, murió vernal, rosa de existir
murió, queda
supernova del beso y
brilló el encanto unos segundos
en la sábana, eso es lo que hay
y un cigarro. Uno sueña
que es un beso de aquellos
besos.

Acariciable



Acariciable

Cómo hacer para observarte a la luna, ahí sola,
como la potra que eres, fierasangre,
para saciarme entero de miedo, sentado
a treinta escasos centímetros.
Qué polilla no bebería tus ropas para
empacharse encantada ahí, de tanto brillo,
de tanta sobrevida que se te escapa por los poros
a tus escasos 19, “escasos” por lo de no-te-alcanzan claro,
para retratarte cenicienta, betónica, polvorosa.
Intramundo parido, al vuelo
eres intramundo parido, soledad de cóndor, allá
revoloteando arriba, los mismos ojos y
así las garras sutiles del desgarro.
Quién te viera ahí a tres cuartos de noche, deslumbrante
el pezón de amamantar, la caricia turbia ahí
donde duele, ese aspecto
de estatua nacarada, quién. Virginalidad
es lo que exudan tus ojos para oírte de lleno
con el tacto erógeno tu voz pre-sonora
intuyendo la mentira encantado, eso es
decirlo todo del aura que te rodea como a la luna
esa que anhelo, viciosa
de esta hambre ronca.
Tremenda soledad en tus ojos.

Imaginaria

Sueño despierto una rosa
que jamás te regalé, sueño despierto
que estoy contigo soñando
algo como si fuésemos uno
allá en el futuro, los brazos abiertos
al viento.
Llamo tu nombre en silencio
para que me escuches
tú, la que esta dentro mío, responde
a mis demandas, no seas
como aquella que huída se hizo aire allá
el verano ese.
Insistes en ser aquella, que me arroja
igual que tú, igual
de perfume, igual de
suavemente yemas, igual pero
imaginariamente mía o tuya que eres
siendo sueño mío, alma
tuya que es. Acepta
una rosa tan sólo.

Noviembre 30


Más sucia que tú no hay nadie, quizá
la habrá.
Más sucia que tu obstinada perversión
más grande que la imaginación de lo sideral
que no nos habita, quizá
habrá.
Hubo suciedad en tus palabras
más que en tu entrepierna, hubo
más mentiras pseudopiadosas que negación
de tu acto, de
tus actos
sucios,
por no decir puercamente sucios
de mentir y follar por las ídem
a varios, cientos, miles
de otros.
Yo te acariciaba como a una virgen, yo
te besé con tranquilidad porque quería planear en ti,
oh mi inversión en aire futuro, yo era
el de las esperanzas,
tú,
fuiste la puta
que se río de todo.

Azar

Todo esto debería ser azar,
azar de
espejismos mentales sobreexplotados:
sino de esa estrella allá que me titila; a ver
si acierto y mi embarcación va derecha
(da igual si es correcta la estrella).
Dado por la dicha, dado
el rencor que me posee, si al final
todo es de uno y punto:
chancho seis y un paso adelante
al abismo.
Azarosa eras tú, azar y
premoniciones demoníacas, mi bella,
oh esas noches respirables, ritmo,
todo era ritmo, presente
era todo lo que había, dado
de lanzar y a ver
qué imponía el juego ese de nosotros,
oh avezado canibalismo.
Azar era esa belleza tuya, tan lunar
de sus sombras y tu pálida piel, de
tus ojos estelares nacarados: Azar de vivir.
De eso busco por los bares,
no quiero la lotería.

Paupérrima.



Así te gusta que te hable,
así te gusta,
y si me pongo algo insociable
te disgustas.
Que respire hondo y que no pare,
que te diga que te amo desde siempre,
que con todo bella te compare
y que suene como leche, leche, leche.
No es mi voz,
no es mi voz,
esto es sólo un eco atroz,
una sesga sin mi hoz.
Que te llene de regalos
que te amen en mi ausencia,
que los pinte adornados
y que suenen a inocencia.
Una rosa respirable
que te arome sin piedad,
mármol pétreo/palpable
que te muestre suavidad.
Primaveras, primaveras, primaveras,
bañadas de floridos manantiales
que te encierren y te amen lisonjeras,
que te palpen tibias sus vocales.
Así te gusta que te hable,
así te gusto,
y no me mires con disgusto
que me siento miserable.

No seré tu pañuelo

Te debo confesar
que he sido vida en esta vida,
no he sido un vivo cualquiera
que corre perdido gastando su aire.
Que he ido hilando los recuerdos a mi antojo
y he sido pasado y consecuencia, que sólo yo
le incumbo a esta historia.
Confieso que no he muerto,
pero he sido muerte: en tinieblas
el juez indulgente de mi propia vida.
Fui más que uno alguna vez, más que yo,
viviendo en ella, siendo en ella, amándome
en ella y amándola en mí.
También he sido mi propio amante,
amándote, pretendiendo tenerla en ti
y me he amado en estos espejos
que son tus llorosos ojos.
También he traicionado
y lo siento.
No seré tu pañuelo.

Salsa

Yo te bailo a contratiempo sólo
porque el sonido de mi entendimiento viaja turbio y largo
por el espejo,
porque pareces lejana
y tu sola presencia
destroza el sonido pausándolo todo,
cifrando las notas en movimiento.
Y no llego jamás
a alcanzarte, mi danzarina sinsentido,
morfológicamente tiesa,
apesadumbradamente tiesa,
único el ritmo
que habita en tus caderas, en lo inesperado
de tus caderas.
¡Apaguen esa música, apáguenla! déjenla
que baile sola, que
aplauda, que cante, que silbe, que
invente desde el aire su propio ritmo,
para observarla águila el ojo,
expectante de descubrir lo que bailará
en la otra pista, más tarde cuando todo el sonido
sea su puso frenético, cuando colapsemos
luego de esta salsa hacia la otra como sangre.
Resultó ser de tomates, lo lamento.

Níveo instante sonoro



Níveo instante sonoro

Ella ya ruge bajo mis pies cuando voy
llegando a casa, blanca,
pura, impía… la nieve.
Faltan unos metros
y la cojo entre mis manos, la beso,
la lamo, la devoro, la bebo y
veo como nieva… recordando cuando nevaba.

Eras tú, aquella noche quejumbrosa.

Eras tú, y no la nieve,
la que rugía, la que
yo lamía y devoraba y bebía, y caías
de nuevo.
Mis labios fueron en ti, mi boca
fue en ti, mi lengua
fue en ti…
y te deshacías… lentamente,
en cada exhalación que te rozaba
te deshacías, en la confluencia
de tus piernas te deshacías
saciada entera, amada entera.

También rugías
suavemente.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Difariando



Ante el Abismo

Encontrar vacíos de ausencia...
frotar dos piedras en la noche...
deshabitar rincones de plumas desveladas...
mirarse despacio, conocer lo inherente...
soñar en cada momento, vivir entre quimeras...
absorverlo todo y ser un mundo entre mi nombre...

Simplemente ser rendido en dualidad.
Habitar en su nombre, rozar lo impronunciable
como desnaciendo el tiempo, cantando
la música nueva en cada solsticio.
Vivir entre palabras aceptándolo todo,
riéndolo todo
y ser dos...
sencillamente dos.

Es eso
o encarar el miedo eterno.

__________________________________________________

A lo Nostradamus

I Dios

Ésta es mi hipótesis:
digamos que el tiempo no acaba, que quizá
uno acaba, no hablo de aliento.
Eso es intolerable.
Propongo
que pongamos un espejo al infinito
del universo
para ver lo que no muestra
y retratar de alguna forma algo divino.
Luego montémonos en un werg y viajemos a través
del espejo, claro, dirijámonos
directo al no-reflejo, busquemos
de una vez por todas a Dios.
No falten municiones.

II Amor

La tercera guerra universal
dejó como superviviente únicamente
a la población andrógina, la cual se imanta
dependiendo de su órbita:
última órbita: cosquilleo;
órbita central: romance;
órbita primera: orgasmo.
Caro el cambio de órbita.
El hijo resultante de la unión
viene al mundo ya maduro, pero cae
inevitablemente en órbita extrema.

III Miedo

Ya olvidé mi vida anterior,
que es ésta misma vida, supongo.
Estos milenios se me pasan volando.
¡Es que los siglos no pasan en vano!
Mas una palabra me aterra,
me la dijo mi abuelo (el que pisó tierra),
imposible olvidarla:
Abismo.

IV Numen

Se me autoconstruyen
palacios
en el aire, pirámides gigantescas
de espesor nunca antes concebido,
no sé qué significará pirámide, pero siento
que todo es sima.
El metro
son las estrellas.


V Lenguaje

… no sé si se concibe por su laberinto inferior
o superior
pero todo tiende a superponerse inevitablemente,
tiende a refractarse, ya que su origen
es netamente lumínico,
su relación con la esencia del individuo es indiscutible
por lo que reina en él la heterogeneidad
de las imantaciones, de ahí
la reagrupación de la población universal,
por clanes.
Se dice que solía ser sonoro.


_____________________________________________________

Los años

Cae la lluvia, y ya es abril
y digo ayer y digo tres años
y es sólo un parpadeo, arcoiris
tras los ojos, y lluvia de abril.
Cuántos abriles deshojados…
y la nada es más grande…
y tu aroma una gotita…
y tus manos…
y mis manos…
y el ímpetu
sólo un recuerdo: correr tras de ti, escapar,
soñarte despierto, verte,
sentirte, vivirte,
tenerte
es
un parpadeo,
y
lentamente
cae otro abril,
y se mueren los años.

_____________________________________________________


Breve cuestionario sobre nada

Responda cada pregunta con un SI o un NO según su criterio.

1) La fugacidad de algunas estrellas
me recuerda una mirada,

2) un recuerdo: lo que nos mantiene enteros
por más que digamos espejos rotos;

3) una vez rotos los espejos
aún queda el recuerdo, se permanece
a sí mismo el recuerdo,

4) cabe aclarar que
no existen los cristales perfectamente traslúcidos,

(pido por favor sólo decir cristal de no-tocar)

5) sólo existen vagidos casi transparentes, nada
es para ser visto, nada,

6) quizá esto es un sueño y realmente no estamos,
creo que nunca estamos, la ilusión
es el parto,

7) o quizá nos existimos unos segundos,
nos cortamos el cordón y vemos, vemos,

8) ¿alguien ha
imaginado la nada?

(tiene un minuto para responder,
sólo me interesa si se sabe la última, lo otro
es sólo despiste)

_____________________________________________________
(20/11/06)
Escape

He vertido en cada día de desvelo
la quietud claroscura, la irremisible
sencillez de mi lengua pegada a mi labio.
La vibración
que existe en otro aire
escampa tranquila y paciente, aguarda
el instante de abismo áureo
para desbocarse telépata a la esencia.
Dos pies muy calzos
recorren olvido; saliva viscosa
pegada en postales:
alumbramiento subconsciente.
Naturalmente la carne nos juega
de aquí para allá, apuesta
y nos pierde.
Vibra
un pulso estelar de un nuevo génesis,
vibra el rugido agónico
de la ventana tardía, vibra
el letargo incontable de la mariposa.
Despierta la bella entre sangre y entrañas.
Abre sus alas. Ve las estrellas.
Salta al abismo.
_____________________________________________________


Escape (Sin despertar)

Cuaja sangre esta noche tibia,
revientan olas de gaviotas en mi ventana: el azul
se escribe con otras sílabas.
A veces sueño despierto la huída, apuñalo
mis ansias de tu arraigo
para situarme en tus costas, para temblar
y viajar a un mundo de espaldas,
para reconocerme.
Nada dejaron tus manos.
Nada dejaron tus manos y es fea la verdad,
es ilusorio el encantamiento, y mi huída
es el Aire, aire para subsistirme, para
perdurarme.
Y digo al aire, y huelo aire y lo palpo
en las nalgas, lo respiro con mi otro tacto,
con mi oreja lo respiro, lo peñisco con las uñas.
Le digo mariposa como quien tienta al destino,
mariposa para serte, para enamorarte,
letargo incontable y cordón aéreo:
crisálida dormilona;
de todas formas
sangre cuaja esta noche tibia.

_____________________________________________________


Liturgia de rigor

I

La iglesia en mí
es un sacrílego templo olvidado,
de luz negra y pesada que entra
a través de mis negros vitrales,
y apenas alumbra cuando estoy oscuro.

II

Éste es un templo enraizado
en rompientes cimientos marinos: en la piedra
cinceladas con lágrimas mis pasiones.

III

Heme colgado aquí, tres estacas
para mis tres brazos, desnudo
en todos mis rincones, desnudo,
clavado junto al abismo.
Dos coronas de espinas.
Se mueven mis labios: -¿hay
alguien?

_____________________________________________________


Arte

Esa vaca se rasca con su pata,
pezuña de confort unos segundos, esa vaca
se rasca con su pata tras la oreja, ella
se rasca y las otras dicen algo.
No es una vaca cualquiera esta vaca.
A ver si vuela.

_____________________________________________________


De Poesía y Mujer

A ella tóquesele
como toca usted ese piano:
del alma hacia las yemas; no le incite
con turbios carismas ni miradas, nada
de miradas.
Acérquese como viendo un cuadro, aléjese
para verlo, acérquese nuevamente, piense
en los colores, no piense en los colores, sea
usted pincel ilusorio, devuelva el tiempo atrás,
sea lira, musa sea usted.
Practique el mutismo onírico y terrenal,
practique, practique en lo sacro
de lo corpóreo de ella, de la ilusión
a lo corpóreo ida y vuelta
sin receso ni recelo, practique.
Por último piense en Poesía, revuélquese
en ese abismo, emigre
a lo mundano, ensúciese, degrádese, sienta
el hedor de su miseria, después,
mucho después hablaremos de belleza.

_____________________________________________________


Innombrable

La piedra es arena, arena
de otras costas, el mar es abismo, peligro
es el mar, el peligro lo es todo, ahí
donde descansa uno hay peligro, la cama
es la ciencia del ejercicio, ciencia
es lo que más hay, ciencia por doquier, ciencia
de a megas, de a gigas, de a teras, de a mundo,
el mundo es un número, de números no hablo más,
el mundo se acorta, se revuelca, se apolilla
para renacer de su átomo, en mil estrellas,
las estrellas son las luces que oculta el alumbrado
suburbano, citadino, citadinos somos todos
y esto es así, así no más es, todos somos nada,
todos es los varios de nosotros dentro, varios
son los tipos de leche descremada, la leche es el elixir
último de la humanidad, la humanidad es sólo una palabra,
pero existe, la existencia es una gota que no para nunca,
o casi nunca, una gota no es lluvia, lluvia
son millones de gotas, la nieve es una giga-gota, el frío
sólo se siente por dentro, dentro es la palabra del futuro,
el futuro no va más, resurrección es el futuro,
uno resurrece día a día, ¿día a día o noche a noche?
las noches son portales para fantasmas, aquí
hay un portal constante de un fantasma del pasado que
trae otro rostro, viste otras ropas, es otro mundo,
el mundo también lo resurrece, tiene
tus ojos.


_____________________________________________________


La última llama

Asomas,
mueves engranajes pesados
y asomas.
Naturaleza muerta y
alma viva se desprenden hasta confundirse,
todo es torbellino, lluvia, nacimiento, todo
insinúa una sórdida migaja.
La palabra te asoma, la
Voz de la voz te asoma desde
nuestra transparente humanidad confinada
en su silencio estridente.

La era está desierta
y el olor a muerto es la palabra.

Asomamos todos en el verso de
carne, de pus, de
algo que habla y no somos nosotros.
Jamás sabremos qué duele
cuando duele, las palomas
ya volaron, nosotros gritamos tan sólo.
Y te veo ahora a ti, eres
causa y efecto califragilístico, por decir
palomas allá o algo inexplicable y mágico.
Ya estás aquí,
y esto es un todo, todo yo,
yo todo, todos en todo,
y así el eco mueve hacia la tendinitis
poco a poco el mundo en rotaciones serpenteadas:
Voz… somos voz, visible
es el Hombre.
Sí, aún quedas y te palpo como
en lo exquisito de una mujer o como
algo tallado allá en el aire torbellinoso.
Una figura emerge.
Desvaneces.
Aún perduras,
mas te vas,
y te veo
pero irremediablemente te vas.


_____________________________________________________


Inmensidad

Ésta gota es un universo
ahí colgando, es en sí
tiempo de roca o de pétalo, aguardando
qué instante la precipitará translúcida
a su hecatombe inevitable.
Todo está en la gota, en ella
todo es a través,
es mi trozo de alma viva ahí colgando,
llorando o riendo segundo a segundo,
esperando el instante de abismo que habrá
y luego infinitamente nada, el mundo
en rápido vuelo y nada.
Huele a rosas.


_____________________________________________________


Transverso

En la efervescencia del aire se monta mi vista,
en su transparencia, si yo
veo tan sólo el aire y no lo
difuminado allá atrás.
Aire por sesos, ¡bah! a quién engaño
si esto es soñar despierto nomás.
No veo mi mano, hay
palabras sobre palabras que emergen en arrebato
allá abajo como en un abismo borrascoso.
Hay algo adentro que llevo conmigo.
Tres trupiales tronantes trinaban como un trigón,
eso no cuesta decirlo, a mí me acosan
soliloquios más delirantes y sinsentido, es que
lo que otros han dicho me importa un rábano rebanado,
lo mío está en el medio de todo, cortado
por la mitad.
No voy a ningún lugar, esto es
justamente como el aire éste ahí efervesciendo
como aire mineral gasificado de
incomprensibles burbujas pero
que incomprensiblemente está.

_____________________________________________________


Locura

Lo-
cu-
ra.
Siempre es locura.
Coágulo, costra arañada y
mareas rugientes
de bosque humano.
Alguno que otro nacimiento
entre esos tantos allá,
desde esas puercas vaginas
infecundables.
Éste mundo está en negativo:
blanco cielo,
pecosas estrellas,
muerte
por decir vida.
Hoy
de algún cabo suelto de la tierra
salió el hombre,
raíz del arcoiris afuera,
perdido y buscando no sé dónde
sus tesoros.
Menguante agujero negro
allá arriba,
y aquí
aquí hay amor, amor en mi pecho,
por decir otra cosa.
Silencio por desquicio.
Tortura, a lo Cortázar boca arriba.
Si no soy yo,
no soy.
Pus, pus desde los ojos:
una hormiga
volando
lejos.
Caminos delirantes sin retorno
en las cuencas invernales,
infinito
y más que infinito
en la espesura del viento:
hedor de lo innatural.
Montañas de desperdicio inundadas y
el caos paciente que espera su
sortilegio en el aire:
sus siete trompetas aguardan; a mí
me suenan a deshielo.
Cómo se contempla el caos
desde la locura, cómo se
vive o muere desde el languidecer
que somete a este mundo, para algunos
muerte, que sea muerte, que venga
por fin en blancos mantos, que
suba pesada esta noche
a liberarnos:
La resurrección
desde los cielos
¡Oh, milagrosa!

_____________________________________________________


Confesión con plegaria.

Voy,
errante en este aciago mundo
voy,
voy gastando el hueso,
bailoteando un poco, zarandeando puerco
el esqueleto, sin peligro, relegando
todo lo que sea economía, sobria economía,
intuyo
que el errar basta inframundo abajo, luz hay,
lo que no hay es claridad,
¡quién quiere claridad, yo
no necesito claridad! -me miento un poco-,
lo peligroso
son las diez u once horas que duermo borrado
de la faz de esta tierra,
eso
es lo peligroso, no la borrachera, esa no,
sino la muerte en vida, porque rara vez rescato
un segundo de quicio, de
sobriedad desde mis sueños, colores hay,
muchos colores,
nadie vive de colores.
Quiero noches cortas.


_____________________________________________________


Cíclico

Cansado de la esencia
vengo hacia las cosas
y vivo de las cosas y sueño
las cosas,
y escribo un soneto
y cuento, luego me canso
y rendido, vuelvo hacia la esencia.
Imagínense que ahora que escribo
¡No he puesto ni una P!
cuántas cosas bellas tienen una P
(como un suspiro).

_____________________________________________________


Resumiendo

Trece son los dedos de mis manos
para ver con todo el tacto el
instante exquisito de la confrontación a oscuras,
en niuna esquina yo y en la otra el mismo, a ver
quién salta al socavón por telépata aventura. Y eso
es todo lo que hay, todo.

_____________________________________________________


Carpe Diem?

Jodido día,
de esos que pasan y pasan en faena de nada,
nada el día, nada
el encanto primaveral que hoy comienza,
nada de dicha, nada
de alcohol para sentir, ni de morenas de morenía pura,
nada de pan recién hecho, nada de
algún haz de luz entre las nubes, nada
de esos perros de izada cola correteando allá,
nada de nada.
Sólo el cabezazo idiota con la estantería y
las ganas mordientes de garabatear este día,
cayó y cayó el garabateo en el lienzo sin ir
más allá que el goce instantáneo
de el leve segundo de la sonrisa al segundo siguiente
de nada que hubo y se olvida lo otro.
Encierro, encierro hubo, fútil encierro,
muerte contiene, abismo,
tic-tac imperceptible.
Estante de mierda.

_____________________________________________________

domingo, 10 de junio de 2007

Poemas Favoritos: Gonzalo Rojas




Gonzalo Rojas
Chile, 1917

Al silencio

Oh voz, única voz: todo el hueco del mar,
todo el hueco del mar no bastaría,
todo el hueco del cielo,
toda la cavidad de la hermosura
no bastaría para contenerte,
y aunque el hombre callara y este mundo se hundiera
oh majestad, tú nunca,
tú nunca cesarías de estar en todas partes,
porque te sobra el tiempo y el ser, única voz,
porque estás y no estás, y casi eres mi Dios,
y casi eres mi padre cuando estoy más oscuro.


Contra la muerte

Me arranco las visiones y me arranco los ojos cada día que pasa.
No quiero ver ¡no puedo! ver morir a los hombres cada día.
Prefiero ser de piedra, estar oscuro,
a soportar el asco de ablandarme por dentro y sonreír
a diestra y a siniestra con tal de prosperar en mi negocio.

No tengo otro negocio que estar aquí diciendo la verdad
en mitad de la calle y hacia todos los vientos:
la verdad de estar vivo, únicamente vivo,
con los pies en la tierra y el esqueleto libre en este mundo.

¿Qué sacamos con eso de saltar hasta el sol con nuestras máquinas
a la velocidad del pensamiento, demonios: qué sacamos
con volar más allá del infinito
si seguimos muriendo sin esperanza alguna de vivir
fuera del tiempo oscuro?

Dios no me sirve. Nadie me sirve para nada.
Pero respiro, y como, y hasta duermo
pensando que me faltan unos diez o veinte años para irme
de bruces, como todos, a dormir en dos metros de cemento allá abajo.

No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser,
pero no puedo ver cajones y cajones
pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto
llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver
todavía caliente la sangre en los cajones.

Toco esta rosa, beso sus pétalos, adoro
la vida, no me canso de amar a las mujeres: me alimento
de abrir el mundo en ellas. Pero todo es inútil,
porque yo mismo soy una cabeza inútil
lista para cortar, por no entender qué es eso
de esperar otro mundo de este mundo.

Me hablan del Dios o me hablan de la Historia. Me río
de ir a buscar tan lejos la explicación del hambre
que me devora, el hambre de vivir como el sol
en la gracia del aire, eternamente.



¿Qué se ama cuando se ama?

¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida
o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué
es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes,
o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raíces?

¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer
ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,
repartido en estrellas de hermosura, en particular fugaces
de eternidad visible?

Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra
de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.



De Contra la muerte, 1964.

_______________________________

Numinoso
1
Al mundo lo nombramos en un ejercicio de diamante,
uva a uva de su racimo, lo besamos
soplando el número del origen,
no hay azar
sino navegación y número, carácter
y número, red en el abismo de las cosas
y número.

2
Vamos sonámbulos
en el oficio ciego, cautelosos y silenciosos, no brilla
el orgullo en estas cuerdas, no cantamos, no
somos augures de nada, no abrimos
las vísceras de las aves para decir la suerte de nadie, necio
sería que lloráramos.

3
Míseros los errantes, eso son nuestras sílabas: tiempo, no
encanto, no repetición
por la repetición, que gira y gira
sobre
sus espejos; no
la elegancia de la niebla, no el suicidio:
tiempo,
paciencia de estrella, tiempo y más tiempo.
Nosomos de aquí pero lo somos:
Aire y Tiempo
dicen santo, santo, santo.


Vocales para Hilda

La que duerme ahí, la sagrada,
la que me besa y me adivina,
la translúcida, la vibrante, la loca
de amor,
la cítara
alta:

tú,

nadie
sino flexiblemente
tú,
la alta,
en el aire alto
del aceite
original
de la Especie:

tú,

la que hila
en la velocidad
ciegadel sol:

tú,

la elegancia
de tu presencia
natural
tan próxima,
mi vertiente
de diamante, mi
arpa,
tan portentosamente mía:

tú,

paraíso
o
nadie
cuerda
para oír
el viento
sobre el abismo
sideral:

tú,

página
de piel más allá
del aire:

tú,

manos
que amé,
pies
desnudos
del ritmo
de marfil
donde puse
mis besos:

tú,

volcán
y pétalos,
llama;
lenguad
e amor
viva:

tú,

figura
espléndida, orquídeac
uyo carácter aéreo
me permite
volar:

tú,

muchacha
mortal, fragancia
de otra música
de nieve
sigilosamente
andina:

tú,

hija del mar
abierto,
áureo,
tú que danzas
inmóvil
parada
ahí
en
la transparencia
desde
lo hondo
del principio:

tú,

cordillera, tú,
crisálida
sonámbula
en el fulgor
impalpable
de tu corola:

tú,

nadie: tú:

Tú,
Poesía,
tú,
Espíritu,
nadie:

tú,

que soplas
al viento
estas vocales
oscuras,
estos
acordes
pausados
en el enigma
de lo terrestre:

tú:

De Oscuro, 1977.
__________________________________


La piedra

Por culpa de nadie habrá llorado esta piedra.

Habrá dormido en lo aciago
de su madre esta piedra
precipicia por
unimiento cerebral
al ritmo
de donde vino llameada
y apagada, habrá visto
lo no visto con
los otros ojos de la música, y
así, con mansedumbre, acostándose
en la fragilidad de lo informe, seca
la opaca, habráse anoche sin
ruido de albatros contra la cerrazón
ido.

Vacilado no habrá por esta decisión
de la imperfección de su figura que por oscura no vio nunca nadie
porque nadie las ve nunca a esas piedras que son de nadie
en la excrecencia de una opacidad
que más bien las enfría ahí al tacto como nubes
neutras, amorfas, sin lo airoso
del mármol ni lo lujoso
de la turquesa, ¡tan ambiguas
si se quiere pero por eso mismo tan próximas!
No, vacilado no; habrá salido
por demás intacta con su traza ferruginosa
y celestial, le habrá a lo sumo dicho al árbol: -Adiós
árbol que me diste sombra; al río: -Adiós
río que hablaste por mí-, lluvia, adiós,
que me mojaste. Adiós,
mariposa blanca.
Por culpa de nadie habrá llorado esta piedra.


De Del relámpago, 1981
__________________________________



El alumbrado

Acostumbra el hombre hablar con su cuerpo, ojear
su ojo, orejear diamantino
su oreja, naricear
cartílago adentro el plazo de su
aire, y así ojeando orejeando la
no persona que anda en el crecimiento
de sus días últimos, acostumbra
callar.

A la cerrazón sigue el diálogo con las abejas
para espantar la vejez; las convoca,
las inventa si no están, les dice palabras que no figuran,
las desafía a ser ocio;
ocio para ser, insiste convincente. Las otras
lo miran.

Después viene el párrafo de airear el sepulcro y
recurre a la experiencia limítrofe del cajón. Se mete en el cajón,
cierra bien la tapa de vidrio.
Sueña que tiene 23 y va entrando en la rueda de las encarnaciones.
¿Por qué 23? La aguja de imantar no dice el número.
Sueña que es cuarzo, de un lila casi transparente.

Lo cierto es que llueve. Pensamiento o
liturgia, lo cierto es que llueve. Gaviotas
milenarias de agua amniótica
es lo que llueve. Sale entonces la oreja
de adentro de su oreja, la nariz
de su nariz, el ojo
de su ojo: sale el hombre de su hombre.
Se oye uno en él hablar.

De El alumbrado, 1986
___________________________________




Río turbio

1. La Cerrazón

Amé a una muchacha de vidrio
transparente y bestial este verano, adoré su nariz,
su largo pelo negro hizo estragos
en mi concupiscencia, era, ¿cómo decirlo? Olfato
y piel, toda ella era olfato y piel, la envolvía
una especie de aura histérica en cuanto
era por lo menos dos, la que sollozaba
y la que hablaba sola con los ángeles, el juego
a todas luces era perturbador, llegaba
de la calle con esa hermosura indiscutible de las de 30
que casi lo han vivido todo, del parto
al frenesí, se echaba desnuda
ahí en esa cama las ventanas abiertas
al mar, lo que más le gustaba era el mar.

El caso concreto era la impiedad de su corazón, decía
que el Mundo le importaba una flauta,
y de veras le importaba escasamente una flauta, el epicentro
de su rotación y su traslación era el fornicio, un fornicio
más bien mental. Me decía por ejemplo: -Ahora
voy a volar, y volaba del catre al techo
unos diez metros o algo así como quien nada en el aire
de espaldas, estilo mariposa.

Para decirlo de una vez me consta que volaba
pero sin salir de ella, es decir, saliendo y no saliendo,
todo se hizo difícil, amaba a otro
y yo andaba en la edad de los patriarcas
intacta sin embargo la erección
aunque lisa y llanamente amaba a otro,
por lo menos decía que amaba a otro en el sur. D'accord,
el perdedor es el abismo.

Cada uno ama a su venenosa como puede, yo amé a mi venenosa,
imposible sacarla de mi seso
hasta no sé cuando, viéndola de lejos
hoy viernes pienso en sus pies
hasta dónde llegarán, la línea de su vida es corta
y eso está escrito en el I Ching. Por último
no es que la cerrazón haya entrado en mí, yo entré en la cerrazón.
De los acorralados es el Reino.

2. Martes Trece

A ver qué me gusta de ti? La risa riente
de tu boca y -una vez desnuda- los sobacos
fuera claro de la nariz cuyos cartílagos
datan del Renacimiento, ah y el pelo,
ese negro tuyo pelo que es mi adoración,
que te tapa de norte a sur la espalda
y el fulgor de la morenía, mi
perversión y mi adoración.

Ahí van las cosas entre los dos: imposibles. Hoy
cumples 36, se te ve flaca
pero yo no más conozco por dentro la embarcación, yo y otros.
Pero no hablemos de los náufragos.

Nada entonces de sobrevida. No hay sobrevida,
para qué sirve la sobrevida. Lo terminal
es lo único que está en juego:
la mariposa es terminal, Picasso
es terminal,
Picasso que inventó la mariposa
cuando entró en Jacqueline encima
de los setenta, eso es terminal
y cosa de meses
desde el portento amniótico. ¡Picasso
y su baile! Si es que le dura,
si es que le dura más que la pintura.

Dices que te vas. Bueno, te vas,
hoy mismo en ese avión al sur te vas
tan ligera como viniste. Olvida
este verano. Total fuiste parte
de mi resurrección. Por último
no quedé tieso ahí en ese matadero
del quirófano. Todo
fue tan flexible. Usted
fue feliz. Yo fui feliz. El adiós sangriento fue feliz.

3. Fascinación

No con semen de eyacular sino con semen de escribir
le digo a la paloma: -ábrete, paloma, y
se abre; -recíbeme,
y me recibe, erecto
y pertinaz; ahí mismo volamos
inacabables hasta más allá del Génesis
setenta veces siete, y así
vaciado el sentido: -"Vuestra soy
gime con gemido en su éxtasis, para vos nací,
¿qué mandáis hacer de mí?". Ciego
de su olor, beso entonces un aroma
que no olí en mujer: -"Guárdame
-irrumpo arterial- esta leche de dragón
hasta la Resurrección en la tersura
de tu figura de piel, clítoris
y más clítoris en el frenesí
de la Especie. No haya mortaja
entre nosotros".

A lo que la posesa: -"Ay, cuerpo,
quien fuera eternamente cuerpo, tacto
de ti, liturgia
y lascivia de ti y el beso
corriera como huracán y yo fuera el beso
de mujer para aullarte
loba de mí, Río
Turbio abajo hasta la Antártica, loca
como soy, zumbido del Principio".

De histeria y polvo, amor,
fuimos hechos, uno lee
ocioso en maya, en sánscrito las estrellas: ¡uno!
¿de qué escribe uno? –"Dínoslo
de una vez Teresa de Ávila, Virginia
Woolf, Emily mía
Brontë de un páramo
a otro, Frida mutilada
que andas volando por ahí, ¿de qué
escribe uno?"

De Río Turbio, 1996.

lunes, 4 de junio de 2007

Poemas Favoritos: Nicanor Parra




Nicanor Parra
Chile,



Es olvido

Juro que no recuerdo ni su nombre,
mas moriré llamándola María,
no por simple capricho de poeta:
por su aspecto de plaza de provincia.
¡Tiempos aquellos!, yo un espantapájaros,
ella una joven pálida y sombría.
Al volver una tarde del Liceo
supe de la su muerte inmerecida,
nueva que me causó tal desengaño
que derramé una lágrima al oírla.
Una lágrima, sí, ¡quién lo creyera!
y eso que soy persona de energía.
Si he de conceder crédito a lo dicho
por la gente que trajo la noticia
debo creer, sin vacilar un punto,
que murió con mi nombre en las pupilas,
hecho que me sorprende, porque nunca
fue para mí otra cosa que una amiga.
Nunca tuve con ella más que simples
relaciones de estricta cortesía,
nada más que palabras y palabras
y una que otra mención de golondrinas.
La conocí en mi pueblo (de mi pueblo
sólo queda un puñado de cenizas),
pero jamás vi en ella otro destino
que el de una joven triste y pensativa.
Tanto fue así que hasta llegué a tratarla
con el celeste nombre de María,
circunstancia que prueba claramente
la exactitud central de mi doctrina.
Puede ser que una vez la haya besado,
¡quién es el que no besa a sus amigas!
pero tened presente que lo hice
sin darme cuenta bien de lo que hacía.
No negaré, eso sí, que me gustaba
su inmaterial y vaga compañía
que era como el espíritu sereno
que a las flores domésticas anima.
Yo no puedo ocultar de ningún modo
la importancia que tuvo su sonrisa
ni desvirtuar el favorable influjo
que hasta en las mismas piedras ejercía.
Agreguemos, aun, que de la noche
fueron sus ojos fuente fidedigna.
Mas, a pesar de todo, es necesario
que comprendan que yo no la quería
sino con ese vago sentimiento
con que a un pariente enfermo se designa.
Sin embargo sucede, sin embargo,
lo que a esta fecha aún me maravilla,
ese inaudito y singular ejemplo
de morir con mi nombre en las pupilas,
ella, múltiple rosa inmaculada,
ella que era una lámpara legítima.
Tiene razón, mucha razón, la gente
que se pasa quejando noche y día
de que el mundo traidor en que vivimos
vale menos que rueda detenida:
mucho más honorable es una tumba,
vale más una hoja enmohecida,
nada es verdad, aquí nada perdura,
ni el color del cristal con que se mira.
Hoy es un día azul de primavera,
creo que moriré de poesía,
de esa famosa joven melancólica
no recuerdo ni el nombre que tenía.
Sólo sé que pasó por este mundo
como una paloma fugitiva:
la olvidé sin quererlo, lentamente,
como todas las cosas de la vida.



Soliloquio del Individuo

Yo soy el Individuo.
Primero viví en una roca
(allí grabé algunas figuras).
Luego busqué un lugar más apropiado.
Yo soy el Individuo.
Primero tuve que procurarme alimentos,
buscar peces, pájaros, buscar leña,
(ya me preocuparía de los demás asuntos).
Hacer una fogata,
leña, leña, dónde encontrar un poco de leña,
algo de leña para hacer una fogata,
Yo soy el Individuo.
Al mismo tiempo me pregunté,
fui a un abismo lleno de aire;
me respondió una voz:
Yo soy el Individuo.
Después traté de cambiarme a otra roca,
allí también grabé figuras,
grabé un río, búfalos,
grabé una serpiente
yo soy el Individuo.
Pero no. Me aburrí de las cosas que hacía,
el fuego me molestaba,
quería ver más,
Yo soy el Individuo.
Bajé a un valle regado por un río,
allí encontré lo que necesitaba,
encontré un pueblo salvaje,
una tribu,
Yo soy el Individuo.
Vi que allí se hacían algunas cosas,
figuras grababan en las rocas,
hacían fuego, ¡también hacían fuego!
Yo soy el Individuo.
Me preguntaron que de dónde venía.
Contesté que sí, que no tenía planes determinados,
contesté que no, que de allí en adelante.
Bien.
Tomé entonces un trozo de piedra que encontré en un río
y empecé a trabajar con ella,
empecé a pulirla,
de ella hice una parte de mi propia vida.
Pero esto es demasiado largo.
Corté unos árboles para navegar,
buscaba peces,
buscaba diferentes cosas,
(Yo soy el Individuo).
Hasta que me empecé a aburrir nuevamente.
Las tempestades aburren,
los truenos, los relámpagos,
Yo soy el Individuo.
Bien. Me puse a pensar un poco,
preguntas estúpidas se me venían a la cabeza.
Falsos problemas.
Entonces empecé a vagar por unos bosques.
Llegué a un árbol y a otro árbol;
llegué a una fuente,
a una fosa en que se veían algunas ratas:
aquí vengo yo, dije entonces,
¿habéis visto por aquí una tribu,
un pueblo salvaje que hace fuego?
De este modo me desplacé hacia el oeste s
acompañado por otros seres,
o más bien solo.
Para ver hay que creer, me decían,
Yo soy el Individuo.
Formas veía en la obscuridad,
nubes tal vez,
tal vez veía nubes, veía relámpagos,
a todo esto habían pasado ya varios días,
yo me sentía morir;
inventé unas máquinas,
construí relojes,
armas, vehículos,
Yo soy el Individuo.
Apenas tenía tiempo para enterrar a mis muertos,
apenas tenía tiempo para sembrar,
Yo soy el Individuo.
Años más tarde concebí unas cosas,
unas formas,
crucé las fronteras
y permanecí fijo en una especie de nicho,
en una barca que navegó cuarenta días,
cuarenta noches,
Yo soy el Individuo.
Luego vinieron unas sequías,
vinieron unas guerras,
tipos de color entraron al valle,
pero yo debía seguir adelante,
debía producir.
Produje ciencia, verdades inmutables,
produje tanagras,
di a luz libros de miles de páginas,
se me hinchó la cara,
construí un fonógrafo,
la máquina de coser,
empezaron a aparecer los primeros automóviles,
Yo soy el Individuo.
Alguien segregaba planetas,
¡árboles segregaba!
Pero yo segregaba herramientas,
muebles, útiles de escritorio,
Yo soy el Individuo.
Se construyeron también ciudades,
rutas.
Instituciones religiosas pasaron de moda,
buscaban dicha, buscaban felicidad,
Yo soy el Individuo.
Después me dediqué mejor a viajar,
a practicar, a practicar idiomas,
idiomas,
Yo soy el Individuo.
Miré por una cerradura,
sí, miré, qué digo, miré,
para salir de la duda miré,
detrás de unas cortinas,
Yo soy el Individuo.
Bien.
Mejor es tal vez que vuelva a ese valle,
a esa roca que me sirvió de hogar,
y empiece a grabar de nuevo,
de atrás para adelante grabar
el mundo al revés.
Pero no: la vida no tiene sentido.

De Poemas y Antipoemas.

______________________________________


Cambios de Nombre

A los amantes de las bellas letras
hago llegar mis mejores deseos,
voy a cambiar de nombre a algunas cosas.
Mi posición es ésta:
el poeta no cumple su palabra
si no cambia los nombres de las cosas.
¿Con qué razón el sol
ha de seguir llamándose sol?
¡Pido que se le llame Micifuz
el de las botas de cuarenta leguas!

¿Mis zapatos parecen ataúdes?
Sepan que desde hoy en adelante
los zapatos se llaman ataúdes.
Comuníquese, anótese y publíquese
que los zapatos han cambiado de nombre:
desde ahora se llaman ataúdes.
Bueno, la noche es larga,
todo poeta que se estime a sí mismo
debe tener su propio diccionario
y antes que se me olvide
al propio dios hay que cambiarle nombre,
que cada cual lo llame como quiera:
ese es un problema personal.



La Poesía terminó conmigo

Yo no digo que ponga fin a nada,
no me hago ilusiones al respecto.
Yo quería seguir poetizando
pero se terminó la inspiración.
La poesía se ha portado bien
yo me he portado horriblemente mal.

Qué gano con decir
yo me he portado bien
la poesía se ha portado mal
cuando saben que yo soy el culpable.
¡Está bien que me pase por imbécil!

La poesía se ha portado bien
yo me he portado horriblemente mal
La poesía terminó conmigo.


De Versos de Salón

_______________________________________


Manifiesto

Señoras y señores
ésta es nuestra última palabra:
-nuestra primera y última palabra-
los poetas bajaron del Olimpo.

Para nuestros mayores
la poesía fue un objeto de lujo
pero para nosotros
es un artículo de primera necesidad:
no podemos vivir sin poesía.

A diferencia de nuestros mayores
-y esto lo digo con todo respeto-
nosotros sostenemos
que el poeta no es un alquimista
el poeta es un hombre como todos
un albañil que construye su muro:
un constructor de puertas y ventanas.

Nosotros conversamos
en el lenguaje de todos los días
no creemos en signos cabalísticos.

Además una cosa:
el poeta está ahí
para que el árbol no crezca torcido.

Este es nuestro mensaje.
Nosotros denunciamos al poeta demiurgo
al poeta Barata
al poeta Ratón de Biblioteca.
Todos estos señores
-y esto lo digo con mucho respeto-
deben ser procesados y juzgados
por construir castillos en el aire
por malgastar el espacio y el tiempo
redactando sonetos a la luna
por agrupar palabras al azar
a la última moda de París.
Para nosotros no:
el pensamiento no nace en la boca
nace en el corazón del corazón.

Nosotros repudiamos
la poesía de gafas obscuras
la poesía de capa y espada
la poesía de sombrero alón.
Propiciamos en cambio
la poesía a ojo desnudo
la poesía a pecho descubierto
la poesía a cabeza desnuda.

No creemos en ninfas ni tritones.
La poesía tiene que ser esto:
una muchacha rodeada de espigas
o no ser absolutamente nada.

Ahora bien, en el plano político
ellos, nuestros abuelos inmediatos,
¡nuestros buenos abuelos inmediatos!
se retractaron y se dispersaron
al pasar por el prisma de cristal.
Unos pocos se hicieron comunistas.
Yo no sé si lo fueron realmente.
Supongamos que fueron comunistas,
lo que sé es una cosa:
que no fueron poetas populares,
fueron unos reverendos poetas burgueses.

Hay que decir las cosas como son:
sólo uno que otro
supo llegar al corazón del pueblo.
Cada vez que pudieron
se declararon de palabra y de hecho
contra la poesía dirigida
contra la poesía del presente
contra la poesía proletaria.

Aceptemos que fueron comunistas
pero la poesía fue un desastre
surrealismo de segunda mano
decadentismo de tercera mano,
tablas viejas devueltas por el mar.
Poesía adjetiva,
poesía nasal y gutural,
poesía arbitraria,
poesía copiada de los libros,
poesía basada
en la revolución de la palabra,
en circunstancias de que debe fundarse
en la revolución de las ideas.
Poesía de círculo vicioso
para media docena de elegidos:
"libertad absoluta de expresión".
Hoy nos hacemos cruces preguntando
para qué escribirían esas cosas
¿para asustar al pequeño burgués?
¡Tiempo perdido miserablemente!
El pequeño burgués no reacciona
sino cuando se trata del estómago.

¡Qué lo van a asustar con poesías!

La situación es ésta:
mientras ellos estaban
por una poesía del crepúsculo
por una poesía de la noche
nosotros propugnamos
la poesía del amanecer.
Este es nuestro mensaje,
los resplandores de la poesía
deben llegar a todos por igual
la poesía alcanza para todos.

Nada más, compañeros
nosotros condenamos
-y esto sí que lo digo con respeto-
la poesía de pequeño dios
la poesía de vaca sagrada
la poesía de toro furioso.

Contra la poesía de las nubes
nosotros oponemos
la poesía de la tierra firme
-cabeza fría, corazón caliente
somos tierrafirmistas decididos-
contra la poesía de café
la poesía de la naturaleza
contra la poesía de salón
la poesía de la plaza pública
la poesía de protesta social.

Los poetas bajaron del Olimpo.



_____________________________________

Me retracto de todo lo dicho

Antes de despedirme
Tengo derecho a un último deseo:
Generoso lector
...................... quema este libro
no representa lo que quise decir
a pesar de que fue escrito con sangre
no representa lo que quise decir.

Mi situación no puede ser más triste
fui derrotado por mi propia sombra:
las palabras se vengaron de mí.

Perdóname lector
amistoso lector
que no me pueda despedir de ti
con un abrazo fiel:
me despido de ti
con una triste sonrisa forzada.

Puede que yo no sea más que eso
pero oye mi última palabra:
me retracto de todo lo dicho.
Con la mayor amargura del mundo
me retracto de todo lo que he dicho.

De Obra gruesa




______________________________________






sábado, 2 de junio de 2007

Poemas Favoritos: Jorge Teillier





Jorge Teillier
Chile, 1935




El lenguaje del cielo

El cielo habla un lenguaje gris,
y callan la grave voz del vino,
la leve voz del té.
Los espejos se fatigan
de repetir el nombre de las cosas.
No dicen nada. No dicen: "un visitante",
"las moscas", "el libro sobre la mesa".
No dicen nada los espejos.

Canción cantada para que nadie la oiga
es la esperanza de que esto cambie.
Niños que se acercan al ataúd del amigo muerto,
paso de ratas frente a la estufa en silencio,
el halo de humo pobre que hace rey al tejado,
o todo lo que desaparece de pronto
como el plateado salto del salmón sobre el río.

Una ráfaga apaga los ciruelos,
dispersa las cenizas de sus follajes,
arruga la vacía faz de las glicinas.
Todo lo que está aquí
parece estar verdaderamente en otro lugar.
Los jóvenes no pueden volver a casa
porque ningún padre los espera
y el amor no tiene lecho donde yacer.
El reloj murmura que es preciso dormir,
olvidar la luz de este día
que no era sino la noche sonámbula,
las manos de los pobres
a quienes no dimos nada.
"Hay que dormir", murmura el reloj.
Y el sueño es la paletada de tierra que lo acalla.


De Para Angeles y Gorriones, 1956.


________________________________

Domingo a domingo

Sólo nos queda mirar la luz de la luciérnaga,
ese último chispazo de la hoguera del verano
flotando en el silencio del bosque.
Miremos la luz de la luciérnaga.
A ella se ha reducido el mundo.

Domingo a domingo se sucedieron
rostros besados
junto a ramos de nomeolvides,
sueños secretos que se espían
entre un confuso murmullo de grillos y relojes.

Ahora no sabemos qué hacer.
La mañana es tan vieja,
y su rocío se evapora en las manos.
No sabemos qué hacer entre los muros desolados.
Damos inútiles pasos a lo largo de la casa.

Sólo nos queda mirar la luz de la luciérnaga,
ese débil chispazo de la hoguera del verano
más breve que la memoria de una ola.
Miremos la luz de la luciérnaga.
A ella se ha reducido el mundo.

De El cielo cae con las hojas, 1958.

__________________________________


Lluvia Inmóvil

No importa que me hayas cortado siete espigas
yo he roto todos los espejos
he cerrado todas las ventanas
y estoy condenado a permanecer
inmóvil en este pueblo
donde entre la lluvia y la vida hay que elegir la lluvia
donde el Hotel lo he bautizado Hotel Lluvia
donde los plateados élitros de la Televisión
relucen sobre tejados marchitos.

Tú me dices que todo se recupera
y que mi rostro aparecerá
en un río que he olvidado
y hay un camino para llegar a una casa nueva
creciendo en cualquier lugar del mundo
donde nos espera un niño huérfano
que no sabía éramos sus padres.

Pero a mí me han dicho que elija la lluvia
y mi nuevo nombre le pertenece
un nuevo nombre que no puede borrar ninguna mano
sino la de alguien que me conoce más que a mí mismo
y reemplaza mi rostro por un rostro enemigo.

De Para un pueblo fantasma, 1978

______________________________________

Todo está en blanco

Todo está en blanco.
El alba reina en el reloj de pared.
Sus agujas se han detenido.
La sangre de mis venas es un lago en deshielo
una muchacha se ahogaría al cruzarlo.

Mi doble viste de negro
y sonríe.
Cuando él ocupa mi lugar
bajará la escalera de caracol
y se pondrá esos guantes
que el Príncipe de la Mentira entrega a sus discípulos
para que puedan estrangularse
sin la ayuda de los extranjeros que los traicionaron,
frente al espejo que les sonríe por última vez
diciéndoles que creyeron ser bellos tenebrosos
mientras se oye el aplauso de sus admiradores
los blancos pájaros que vaciaron mis ojos
y detuvieron el fluir de mi sangre
y luego parten en busca de mis únicos amigos
aquellos que no conocen todavía el blanco
para decirle que cumplieron una misión más
a su madrela Gran Esfinge Blanca.

De Cartas para reinas de otras primaveras, 1985.

_________________________________________


Estación Sumergida

Yo no estoy soñando, lo recuerdo, olvidé cómo se soñaba;
quizás esto sea un mar, bien puede ser la tierra,
encima el cielo deshaciendo su cabellera.
Esto no es un mar sin olas, es una lámina descolorida,
un día muerto por dagas invernales, un día fusilado por lluvias.
De pronto lo rompen manotazos de campanas, tictaqueos de sombras,
y se cierra como una cuchillada de trenes oxidados
devorando las cerezas maduras del sol.

Propicio tiempo para levantar cruces de barro
en el pecho de mapuches asesinados, para los caballos crepusculares
que se extravían en las acequias.
Ya lo sé, debo escaparme de los ahogados que flotan en los pozos,
voy a beber grandes tragos de poemas silvestres
veo desde el umbral al atardecer mordiendo plazas,
aferrándose gelatinosamente a los tejados rotos,
hasta caer junto a muchachas desfloradas en graneros solitarios
a las antiguas bodegas de la noche.

Pálidamente las horas se reúnen a jugar a las cartas
en torno a la mesa de los días,
desconozco el tren que me dejó entre ellas,
viéndolas alimentarse de cantos estrangulados,
persiguiendo a mis amigos, arrastrándolos en el río del tedio.
Yo no sueño, todo cuanto veo es cierto, ellos pasan
del brazo de mujeres desdentadas, riendo largamente.
Una ola invade mi habitación, recuerdo a mi vecina
cantando hasta que el cielo le llenaba las manos de azul,
yo no besé esas manos, yo tenía al viento cordillerano
arañándome, y la muerte oculta tras viejas y profundas fotografías.
Aferrado a un puente de madera,
inclinado sobre las venas turbias de la noche
pasan botellas vacías, libros oxidados de relecturas,
el barrio de las prostitutas pobres
donde cierro los labios por no decir mi nombre
.No es nada esto, sólo que a veces siento temor de saber quién soy
verdaderamente.

Me gustaría despertar con los labios húmedos
como después de los largos besos de las sabias primas,
como si estuviese tomando café servido por mis hermanas.
Pero si abro los ojos también estaré sumergido,
pues la lluvia hace girar su pausado gramófono,
mientras hay un nevar de alas deshechas por los días,
velorios humedecidos de vino, y esta mano helada en mi garganta,
helada como parroquias y confesionarios que no se desprende,
si la pudiese deshacer un brillar de días felices.

Ahora lo sé, he estado siempre despierto,
mirando silenciosamente la estación sumergida
donde los huesos de las nubes hilachean los árboles.

Alguien me debe esperar -quizás algunos muertos-
pues voy hacia las chimeneas rústicas, los aserraderos vacíos,
las grandes, prestigiosas casas de madera sureña venidas abajo
como flores destrozadas por los duros dientes del olvido,
y busco el sol en los huertos cuyos párpados lo esconden.

Todo me espera en la estación sumergida, nuevamente,
en la empapada de malezas, la crecida de sueños angustiados y torvos,
mientras el tiempo detenido cierra sus pesados portones
y confusamente respira en el mar del invierno.

De En el mudo corazón del bosque, 1997.