Entre tinieblas
Para hablar contigo tuerzo el aire
hasta mi nuca, recuerdo
el verano ése y el lago umbrío, la cascada
en donde todo fue arrojamiento y piedra,
el mundo que eran tus labios, tus
manos pequeñas.
Para hablar contigo tuerzo el aire, podo
cincel abajo mis raíces,
digo diecinueve por tus ojos,
por tu sonrisa diecinueve, diecinueve
anillos ocultando, trabando entrañas
ligeras de trabar, silabeo
por ejemplo aire y digo rocío siseando
y quedo atrapado ahí, brotando flores. Diecinueve.
Todo torbellino alza el polvo.
Dialogando en este juego de querernos
tuerzo el aire, lo retuerzo
para imantar tu voz de la ultratumba, para olvidar
que estás aquí durmiendo, placenteramente durmiendo,
y devorarte como sólo devora la noche
Dime: -aire,
¿por qué me amas? Noche,
¿estás ahí?.
Las tinieblas serán mi mensajero.
domingo, 14 de octubre de 2007
Entre tinieblas
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