domingo, 14 de octubre de 2007

Paupérrima.



Así te gusta que te hable,
así te gusta,
y si me pongo algo insociable
te disgustas.
Que respire hondo y que no pare,
que te diga que te amo desde siempre,
que con todo bella te compare
y que suene como leche, leche, leche.
No es mi voz,
no es mi voz,
esto es sólo un eco atroz,
una sesga sin mi hoz.
Que te llene de regalos
que te amen en mi ausencia,
que los pinte adornados
y que suenen a inocencia.
Una rosa respirable
que te arome sin piedad,
mármol pétreo/palpable
que te muestre suavidad.
Primaveras, primaveras, primaveras,
bañadas de floridos manantiales
que te encierren y te amen lisonjeras,
que te palpen tibias sus vocales.
Así te gusta que te hable,
así te gusto,
y no me mires con disgusto
que me siento miserable.

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