Es en las noches desoladas y lluviosas
noches australes, donde emerge
de lo oscuro la silueta tuya, tu silueta felina
de primer agosto, negro
el pelaje lunar, iracundo el zarpazo
a mis espaldas como brisa, como el aire
que me roza ahora con tu furia, te yergues
rabiosa, renace
la puma hambreada.
Te dibujo parpadeante en el aire, remando
Río Backer abajo entre sueños, viviendo
el peligro ese que es tu figura inexistente en los años
que te alejan, los años
que te asesinan, que te metamorfosean
en una animala distinguida, respingado tu orgullo
en lo alto
de no sé dónde allá, irreconocible.
Así voy canoa abajo entre rápidos estáticos,
espuma y estrellas,
por doquier espuma y estrellas,
maravilla del génesis presente, tú,
la oscuridad alrededor,
tú la oscuridad.
Olor a musgo asoma, a ciprés, a humus olor,
gusto a parto eterno en el aire,
umbilical aire, rugiente el bosque amniótico, convulso
el útero del cielo desangrante. Ya viene,
ya viene tu figura.
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